Visitar el Museo Casa de la Memoria ubicado en Medellín es una experiencia que permite visualizar los derechos humanos violados en el conflicto armado y el narcotráfico. Las personas que no están inmersas en este conflicto son las que ven violados sus derechos.
En este espacio encontramos relatos de personas que vivieron en primera persona la violación de derechos humanos en diferentes escenarios: desplazamiento forzado, operaciones del ejército como la operación orión, enfrentamientos entre la fuerza pública y los grupos al margen de la ley, falsos positivos, reclutamiento de menores, entre otros.
Estos eventos han costado vidas humanas de campesinos, (encontramos relatos de familias que pierden un hijo, un papa, un hermano, pierden su vivienda, su libertad).
Acá podemos ver que tanto el estado (ejercito) y los grupos subversivos se han convertido en victimarios; Y en el proceso de paz se le dan garantías y participación política a las Farc. ¿Se están revictimizando las víctimas?
Aquellos que hacen caso omiso al grito de ayuda y de lucha por lo que se merece son aquellos que desde su nacimiento no se les faltó de nada y no saben lo que es que te falte un plato de comida o que tengas que discutirte que hacer para pagar el arriendo o que de una vez no tengas casa donde vivir; como su vida fue fácil y hoy en día sigue siendo así, se sienten con el poder de estar por encima de los demás, y esto les parece divertido por lo que parece ya que no ayudan a estas personas, las dejan morir, o las matan excusándose en el siempre dicho "guerrillero/integrante del ELN/integrante de la banda criminal...", Y si se trata de luchar por tu vida, solo tendrá un significado, solo huir o morir.
Siempre, los mas afectados por la violacion de los derechos humanos son los que piden a gritos que se les garanticen los mas básicos, aunque nada tengan que ver con esa situación tan ajena que los envuelve, que lo lleva a vivir de una forma tan indigna y lo mas triste y preocupante de todo es que estos gritos llegan, al parecer, a oídos sordos ya que los que pueden hacer algo prefieren mirar para otro lado, o en su defecto actuar en base a la conveniencia sin importar quienes se están ahogando en la miseria.